Llevo casi 50 años creando canciones y poder acunarlas en vida a todas juntas en un solo volumen es un milagro que viene do la mano de quienes supieron descubrir el valor de este legado puro y sin golpes bajos, que tiene como único objetivo dejar testimonio de toda una vida de trabajo para contribuir al sostenimiento de nuestra música y !sientes poesía de raíz.
En nuestros días, a causa de la globalización y los adelantos tecnológicos que tanto nos ayudan, pero que paralelamente cumplen el objetivo (para los dueños del mundo) de ejercer la más descarnada penetración cultural de la que tanto se hablaba allá por los años setenta (en mis tiempos de inicio como estudiante universitario), los jóvenes desarrollan sus talentos musicales y poéticos mayoritariamente en forma ecléctica, y cimentando su creatividad en orígenes culturales foráneos, sin saber que todo es guiado e inducido desde los medios de comunicación con intereses mezquinos.
Es muy difícil encontrar el gen de la preservación de nuestra cultura de raíz en los conductores de las instituciones culturales y de los medios de difusión, porque siempre está presente la medición de la eficiencia a través de las cifras del rating o de las visitas o suscriptores a las plataformas virtuales, páginas de Internet o de la cantidad de gente que asiste a los eventos culturales presenciales. No es fácil la comprensión de que a la cultura territorial y que hace a la identidad de los pueblos, hay que preservarla como una obligación, tal como se hace con los animales en vía de extinción. Mi obra, en toda su dimensión, es un polo de resistencia a tanta falta de amor a las cosas nuestras que deberían perdurar por siempre para marcar lo que somos identitariamente.
Hay en mi obra, en sus comienzos, pura genuinidad y espontaneidad. a veces con escasa información académica. Luego, como siempre, sobrevienen los análisis para no repetirse, el advenimiento a la información, y por último el uso pensado de los recursos de otras corrientes musicales como ser el jazz, el tango, el bolero, la música académica y otras formas folclóricas de nuestro continente y de el mundo todo.
Hay más de 300 canciones en esta antología, y seguro que si dios me sigue prestando la vida, habrá nuevas piezas poético-musicales que sabré componer en los años que me quedan, y que quedarán fuera de este material. Espero que estas canciones formen parte de bibliotecas en las escuelas, los colegios, las casas de estudio de música y letras, y sean material de estudio, para contribuir a que nuestra identidad siga vigente y este libro sea siempre un abrevadero de consultas. Mis referentes estéticos fueron Gardel, Yupanqui, Leguizamon-Castilla, Piazzolla-Ferrer, Iselia-Te-jada Gómez, Troilo-Manzi, los Hermanos Núñez, Chichi Costello. José Augusto Moreno y el Chivo Valladares, entre otros. No obstante creo haber alcanzado un estilo propio identificable y reconocible. Al pie de algunas letras, hay breves anécdotas sobre la composición de la canción. Este libro fue pensado para que el material contenido (letras y partituras), tenga además la información de a qué discos pertenece o el sitio virtual donde se puede acceder apara escuchar el audio, ya que en la mayoría de los casos, se trata de temas que han sido grabados formalmente o informalmente. Y tal como mis padres me enseñaron, agradezco a todos los que hicieron posible la edición de este material.
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Temática: Poesía. Cancionero con partituras
Editorial: Edunt. 2025
ISBN: 9786319105308
Idioma: Español
Tapa Blanda