Mancebo de Saló pertenece a una estirpe reputada: la poética carcelaria. De Celan a Foucault, de Oscar Wilde a Jean Genet, de Kafka a Dostoyevski, de Manuel Puig a Jack London, de Bresson a Jorge Acha, de Enrique Medina a Leonardo Favio, muchos y notorios han extraído una voz de ese territorio despiadado. La especie encierra su paradoja. Porque el presidio, a priori, aparece como una metáfora prosaica de la condición humana. Y porque el procedimiento no reviste mayor complejidad: instalar una vida en el escenario literal de la opresión y auscultarle al estruendo metálico de las rejas su latido. Ahí residen precisamente su desafío y su grandeza: transformar esa materia sonora en el trino desgarrador de una rapsodia. María Belén Aguirre viene a honrar ese linaje.
Mancebo de Saló cierra la trilogía de Gualandi. Aguirre deviene Tonino, un recluso, un efebo de pobre abolengo y raíces pasolinianas sometido a las ceremonias humillantes de un pabellón penitenciario en el que se filtran los ecos de la Argentina de los 90: el menemato y la delgada linea que separa la realidad de la ciencia ficción o, más aún, de un surrealismo latinoamericano, marrón y neo-neorrealista; el sottovoce del escarnio social de la homosexualidad y sus sucedáneos; el prejuicio, la estigmatización, la cancelación, la muerte en vida (Y por si la copa no estuviera ya llena, el sobrevuelo del fantasma del SIDA).
(Gustavo Bernstein)
#04461
Temática: Poesía
ISBN: 9786319102901
Editorial: La Papa. 2025
Idioma: Español
Tapa Blanda
214 páginas
Autor: María Belén Aguirre